Misión cumplida para el Real Madrid que con una goleada por 4-0 sobre el Ludogorets cerró la fase de grupos de la Champions League con un pleno de victorias y engrosó su estadística a 19 triunfos consecutivos. Casi por inercia, el Real Madrid se llevó su sexta victoria en la competición. Asegurado ya el primer lugar del Grupo B, Ancelotti dio minutos a los menos habituales y se notó en los pequeños detalles; la falta de precisión, los balones perdidos en la media regalados por un descuido. La relajación en la presión a la salida del rival. Pero para eso estaban en el campo Cristiano Ronaldo y Gareth Bale, para hacer la diferencia y dar al Madrid su decimonovena victoria consecutiva. Pero a las estrellas, Toni Kroos incluido, les costaba conectar con el resto; incluso se veía parcelas en la media sin un solo hombre de blanco, algo inusual en el equipo que dirige Carlo Ancelotti. No importaba cuantas veces Cristiano Ronaldo ponía un balón en el área o Gareth Bale se lucía con una carrera antes del disparo cruzado. Sus intentos eran flojos e i
mpreciso.
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