Quien mejor le entendió fue Rakitic y con un obús y una sutileza hizo buena la lógica. Siempre asistido por el brasileño para apartar del foco su discreta actuación, sin ser el único que mostró más lagunas de las deseadas, fuera del plano por una victoria que puede ser casi decisiva para el pase a los octavos de final.
Neymar se gusta. Se gusta más y más cada día que pasa, tomando los galones en un equipo que no ha tardado nada en comprender su ascendente futbolístico. Tras la caída de Messi hubo quien habló de él como una versión mejorada de Robinho, más tarde su quiebro recordó en cierta manera a Rivaldo y ahora se le presentaba como un sucesor de Ronaldinho.
De esta manera, simple, cumplió el Barcelona en Bielorrusia para poner pie y medio en los octavos de final. Con un partido serio y que pasó de la incomodidad a la tranquilidad; de la urgencia con que acabó el primer acto a la calma con que se aplicó en el segundo después del obús de Rakitic.
Con el 0-1 acabó la discusión, esperándose a que la lesión de Sergi Roberto (molestias en el pubis) se confirmase lejos de cualquier preocupación y sin que se temiera que la discreta actuación de algunos de los jugadores pesara en el partido.
De esta manera, simple, cumplió el Barcelona en Bielorrusia para poner pie y medio en los octavos de final. Con un partido serio y que pasó de la incomodidad a la tranquilidad; de la urgencia con que acabó el primer acto a la calma con que se aplicó en el segundo después del obús de Rakitic.
Con el 0-1 acabó la discusión, esperándose a que la lesión de Sergi Roberto (molestias en el pubis) se confirmase lejos de cualquier preocupación y sin que se temiera que la discreta actuación de algunos de los jugadores pesara en el partido.
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