Los Vigilantes de Texas necesitaban un golpe de autoridad en todos los aspectos para demostrar que eran unos verdaderos campeones divisionales.
Entrar por la puerta trasera a la postemporada, ya fuera como equipo comodín o como monarca del Oeste de la Liga Americana era insuficientes para ellos, en especial después de la manera en que perdieron el sábado por la tarde.
Y este domingo, recibieron exactamente lo que requería, un contundente triunfo ofensivo, defensivo, y sobre todo, en pitcheo de su abridor Cole Hamels, después de que el día anterior habían utilizado a ocho relevistas, que fallaron.
Los Vigilantes apalearon 9-2 a Angelinos de Los Ángeles, para ganar el sexto cetro divisional de su historia y tercero desde el 2010.
Adrián Beltré encabezó a una ofensiva que parecía que nunca se había apagado desde el día anterior, capaz de conectar 10 imparables y castigar a los lanzadores angelinos desde el principio, con hits y sin ellos.
La defensa fue imperfecta, pero hizo suficiente para sacar los outs cuando parecía que Hamels titubeaba en la loma.
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