BERLÍN -- "Cuando leí la noticia pensé que era una broma. No entiendo en qué puede ayudar Boris a
un jugador de la clase de Novak. Como persona es un tipo espectacular, pero tiene cero experiencia como entrenador". La frase, hundida allá a fines de 2013, salía de boca de Goran Ivanisevic, sorprendido ante la decisión de Djokovic de sumar a Becker a su equipo de trabajo. Dos años y medio después, con seis títulos de Grand Slam en el bolsillo, el alemán descansa con la tranquilidad del deber cumplido...
"Hoy ya puedo decir que soy mejor entrenador de lo que fui jugador", le graficó Becker al diario Bild, tras la reciente corona de su pupilo en Roland Garros, 12° trofeo Major (la mitad los obtuvo en este período con el alemán) y último ladrillo para moldear el Grand Slam de carrera.
Desde su unión al equipo Djokovic, Becker siempre hizo hincapié en "la mentalidad" como eje a trabajar. "Es uno de los aspectos que hace la diferencia en una instancia decisiva. Y considero que era una de mis características más fuertes", enfatizaba al momento de su llegada. 30 meses más tarde, el serbio es un canto a la consistencia, con un acumulado de ¡177! triunfos (24 títulos, seis finales) y 17 derrotas en ese lapso.

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