Sloane Stephens se proclamó campeona del Abierto de Estados Unidos tras imponerse en la final por el título a su compatriota Madison Keys por 6-3 y 6-0 en un partido que duró una hora de juego. Con solo 24 años alzó su primer título de Grand Slam.
Tras el partido, Stephens se fundió en un abrazo con Keys, de 22 años, que no podía contener las lágrimas y, antes de la ceremonia de entrega, se sentó junto a ella, momento en el que se las vio riendo y hablando distendidamente.
Stephens había comenzado el torneo siendo la N°83 del mundo. Más atrás en la gira de cemento estaba fuera del ¡Top 900!, como consecuencia de una larga inactividad y, con lo hecho en Nueva York, trepará hasta el puesto 17.
Antes de levantar con orgullo su trofeo, declaró que se sentía "increíble" por haber ganado el torneo por primera vez, especialmente después de someterse a una operación de tobillo en enero tras la que, si le hubieran dicho donde estaría hoy, lo hubiera creído "imposible".
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