Con solo una derrota desde los Juegos de Londres 2012, Caterine salió con el sello de favorita y después de un registro de 14,65, el segundo mejor de la ronda inicial, en la segunda marcó su territorio con un 15.03 con el que igual hubiera asegurado la medalla de oro. La estrella naciente del atletismo venezolano, Yulimar Rojas, confirmó estar ya madura como triplista a pesar de sus 20 años y en su tercer salto llegó a 14.87 sin dar muestras de una molestia física sufrida en la semifinal.
El duelo entre las sudamericanas quedó planteado mientras una desconsolada Ripakova lamentaba una y otra vez no poder superarse a sí misma, después de su 14.73 al que solo le sumo un centímetro en la quinta ronda. Llegaron al corte que dejó fuera a las cuatro más rezagadas con Ibargüen delante, seguida de Rojas y de Ripakova, y así empezaron la cuarta ronda, en la que Yulimar se animó a sí misma con un grito, se pegó en los muslos y comenzó su vuelo en tres tiempos a ras de suelo para llegar a 14.98 y asegurar la plata.
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