LONDRES (EFE) -- El Bayern Múnich volvió este martes a humillar al Arsenal y le goleó por 1-5 (marcador de 2-10 en el global) para dejarle fuera de la Liga de Campeones en octavos de final por séptimo año consecutivo e incrementar las dudas que se ciernen sobre Arsene Wenger.
La rigurosa expulsión de Laurent Koscielny a los 9 minutos del segundo tiempo frenó en seco las esperanzas del Arsenal, que, tras un primer tiempo primoroso, llegó a soñar incluso con la remontada.
Sin embargo, la doble amarilla al capitán y el posterior gol de penalti de Lewandowski dejó 'tocados' a los de Wenger, que bajaron los brazos y recibieron cuatro goles más para caer por el mismo resultado que hace tres semanas en el Allianz Arena.
Las cosas se le torcieron al Arsenal desde antes de que comenzara el choque, puesto que Welbeck, el delantero elegido por Wenger para liderar el ataque, se lesionó en el calentamiento y fue reemplazado por Giroud.
Muchas de las esperanzas de los de Londres pasaban por Alexis Sánchez, quien, después de una convulsa semana, en la que se rumoreó sobre un posible rifirrafe con Wenger, volvía a la titularidad tras ser suplente el pasado sábado en Liverpool.
Cuatro fueron las novedades que presentó en preparador francés en el once: Ospina -el portero en la 'Champions'-, Ramsey y Walcott, además del mencionado Alexis.
Sabían los 'Gunners' de la importancia de empezar el duelo con el pie sobre el acelerador para tener alguna posibilidad de conseguir un sueño que se antojaba imposible. Y así lo hicieron, liderados por un magistral Oxlade-Chamberlain en el centro del campo y por un Walcott en el extremo derecho que volvió loco a Alaba. Mucho se esperaba de Alexis, que, sin embargo, pasó inadvertido hasta que fue sustituido por Lucas Pérez en el segundo tiempo.
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